El calendario avanza, pero para Franco García el tiempo parece detenido. En un fin de año marcado por la inestabilidad institucional y las indefiniciones deportivas, el delantero cordobés vive entre la ansiedad y la prudencia. Su presente en San Martín se sostiene en la rutina diaria de los entrenamientos, pero su futuro se juega fuera de la cancha: en una elección que aún no se realizó y en un expediente que espera resolución en la FIFA.
El nombre de García, al igual que el de la mayoría de sus compañeros, aparece en el medio de un tablero sin definiciones. En Bolívar y Pellegrini, la renuncia de la comisión directiva dejó al club en una pausa forzada. Sin conducción formal, las decisiones sobre renovaciones y continuidades quedaron en suspenso hasta después de las elecciones del 30 de noviembre. En ese escenario, el atacante cordobés se entrena, espera y evita declaraciones que puedan condicionar su futuro.
“Nosotros venimos a hacer el trabajo y a cumplir contratos. Después se verá qué va a pasar de acá en adelante”, expresó, con la prudencia de quien entiende que los próximos pasos no dependen solo de él. Claro; la incertidumbre de “Wachi” es también la del plantel entero. Sin dirigentes en funciones, los jugadores responden directamente al cuerpo técnico encabezado por Mariano Campodónico, que intenta sostener el orden en medio del desconcierto. “Sabemos que es un momento de transición. Todo dependerá de los nuevos directivos”, remarcó el delantero, que evita dramatizar pero tampoco disimula su preocupación.
Actualmente, el club se mantiene operativo gracias al trabajo silencioso de empleados, utileros y coordinadores, pero las decisiones de fondo -renovaciones, bajas y refuerzos- siguen congeladas. Mientras tanto, en el resto de la Primera Nacional los movimientos son constantes.
“Este es un club grande y me gustaría seguir. Me sentí muy cómodo, pero dependerá de lo que pase a nivel dirigencial”, reconoció el extremo, que concluyó la temporada con cinco goles y una asistencia.
No obstante, más allá de esos buenos números, su caso, no se resolverá hasta que haya una nueva conducción que determine la política deportiva para 2026.
¿Por qué Franco García denunció a Cobresal ante la FIFA?
A la indefinición local se suma un frente internacional que complica aún más el panorama. García mantiene un litigio abierto con Cobresal, su ex equipo chileno, por presuntos incumplimientos contractuales cometidos durante su paso por la institución entre 2023 y 2024. El delantero presentó una demanda ante la FIFA, en la que acusa al club de no haber ejecutado la compra de su pase y de no registrar correctamente su contrato en la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP).
“Mucho no puedo hablar, no me deja mi abogado hasta que no salga la resolución. Todo va a depender de eso también, de ver si puedo seguir o no acá”, admitió el futbolista. La causa, que tramita ante la Comisión del Estatuto del Jugador, podría derivar en sanciones deportivas severas para la institución chilena si se comprueba una falta grave.
Desde el club chileno, sin embargo, desmintieron cualquier irregularidad y defendieron su accionar mediante un comunicado oficial. “El Club de Deportes Cobresal ha cumplido íntegra y oportunamente con la reglamentación interna y los procedimientos internacionales correspondientes”, señaló la entidad, que además rechazó “toda insinuación sobre documentación adulterada o pagos indebidos”.
El caso encendió las alarmas en el fútbol de ese país porque el reglamento de la FIFA contempla, en situaciones extremas, el descenso administrativo de los clubes que incumplan obligaciones contractuales internacionales. Si bien ese escenario es considerado improbable por los dirigentes de Cobresal, la resolución será clave para definir el futuro inmediato de García, que no puede avanzar en negociaciones hasta que la disputa quede cerrada.
El plantel "santo" sigue a la espera de nuevas definiciones
El delantero, que llegó a San Martín en enero y rápidamente se ganó un lugar en el “11” titular, se entrena con normalidad y evita mostrarse ansioso. Su entorno asegura que prioriza continuar en el club, aunque todo depende de la nueva dirigencia y del fallo internacional. “Uno siempre va a querer seguir. Mi idea es quedarme, pero hay que esperar. Todo dependerá de lo que resuelvan los nuevos directivos”, insistió.
En los pasillos de La Ciudadela, su historia se repite con matices en otros compañeros que también aguardan definiciones. La falta de gestión en casos como el de Ulises Vera, a quien no se le renovó a tiempo pese a su gran rendimiento, expone los costos de esta parálisis institucional. Los jugadores cumplen su trabajo, pero el reloj corre y las decisiones se acumulan.
Mientras la política del club define su futuro y la FIFA analiza un reclamo que podría marcar su carrera, Franco García vive en primera persona el estado actual del “Santo”: un presente sostenido por la rutina, la incertidumbre y la fe en que el panorama finalmente se aclare.